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Calefacción barata utilizando energía solar y materiales reciclados.
Su coste final no alcanza los 200 euros
Un
problema habitual, una idea para solucionarlo y un poco de maña. Eso,
unido a unos cuantos materiales reciclados, es todo lo que le hizo falta
al canadiense Randy Buchanan para convertirse en una personalidad de
internet en su país. Su mérito no fue otro que solucionar un problema
común de forma barata y sencilla.
Buchanan vive en Fredericton, en
la provincia Nuevo Brunswick, en el este de Canadá. Un lugar en el que
los inviernos son terriblemente fríos, con temperaturas que pueden
oscilar entre los 15 y los 35 grados bajo cero. Todo un problema para
este canadiense. Buchanan es científico, y dirige una empresa de
toxicología acuática desde hace más de veinte años. Parte de su trabajo
la realiza en un laboratorio que ha instalado en un pequeño almacén en
su casa. Allí tiene varias piscinas con peces, que le sirven para hacer
pruebas.
Con esas temperaturas, mantener esas piscinas en las
condiciones idóneas ha sido siempre un quebradero de cabeza para este
científico. El consumo de energía en calefacción se dispara, así como la
factura de la luz.
“Fue
por esta razón por la que mi padre decidió buscar una alternativa
renovable, para dejar de usar tanta electricidad y bajar las facturas
mensuales”, ha contado a Teknautas Riley Martens, hijo de Buchanan, que trabaja como profesor de español en un instituto madrileño.
La energía solar, abundante y gratuita
Encontró
la fuente perfecta de energía en el sol. “Puesto que en Federicton casi
siempre hace sol durante el invierno, decidió construir un radiador
solar usando nada más que esa fuente de energía gratuita”, explica
Martens. Muchos de los desarrollos ya estaban en internet, pero asegura
haber incorporado algunas ideas propias.
Para su prototipo utilizó
materiales reciclados y técnicas de bricolaje relativamente sencillas.
En total, asegura que no gastó más de 300 dólares canadienses (un poco
menos de 200 euros). "El precio dependerá de dónde encuentres los
materiales, y si son de segunda mano o no", cuenta Martens.
La
construcción y estructura de su invento se entienden mejor al
observarlo, pero intentaremos hacer una descripción comprensible.
Buchanan
construyó con tablones de madera reciclada una caja rectangular de
mucha superficie pero baja, con dos agujeros circulares, uno en cada
extremo, para dar entrada y salida al aire. La cubrió de espuma aislante
de alta densidad y la pintó completamente de negro para optimizar la
absorción de la energía solar.
Dentro
de la caja colocó varios canalones, de los que se usan para canalizar
la lluvia, y en su interior insertó latas de refrescos a las que había
cortado los extremos superior e inferior. Así, logró que el aire
circulase más despacio y se calentase mejor por el camino. Después de
pintar esos tubos de negro también, cerró la caja con una gruesa lámina
de vidrio (que compró de segunda mano), y la selló con silicona.
"Se
pueden usar ventanas de un cristal, pero las dobles son mucho más
eficaces y generan más calor. Este es el componente más caro. Sin
embargo, como dice mi padre, cada día se reciclan muchas ventanas, y se
pueden encontrar en lugares donde se procesan materiales de
construcción", cuenta Martens.
A cada uno de los agujeros acopló
un tubo de aluminio, también sellado a la caja para evitar fugas. Ambos
tubos estaban conectados al interior de su garaje. Utilizando un
ventilador, el aire entraba por uno de ellos dentro del horno, se
calentaba dentro del horno, y salía, para volver a entrar en el garaje.
El comienzo de un posible negocio
“Los
resultados de sus prototipos son increíbles”, cuenta Martens. “Con la
ayuda de un ventilador, introducía el aire del almacén a 4 grados en el
radiador y en los primeros 15 minutos lo devolvía a 52. Después de 30
minutos, y durante el resto del día mientras recibiese la luz directa
del sol, el aire se calentaba a entre 33 y 38 grados, con una producción
de aire constante de 150 pies cúbicos por minuto (unos 4,25 litros al
minuto).” Las temperaturas son altas, pero al ir entrando en la
habitación bajan un poco, logrando un efecto más templado.
Entusiasmado
con los resultados, Buchanan los publicó en su Facebook, junto con una
foto de su prototipo. y las redes sociales hicieron el resto. Su
publicación comenzó a compartirse, recibió cientos de peticiones de
amistad y cada vez más gente se interesó por su diseño. "Ahora tengo un
millón de amigos", bromea Buchanan en una entrevista para la CBC,
"Es increíble. Desde que lo publiqué en Facebook ha corrido por todo el
mundo". El interés por su prototipo ha corrido como la pólvora: ¿cómo
funciona?, ¿puede construirse a mayor o menor tamaño?, ¿cuánto
está ahorrando exactamente?
A esta última cuestión, Buchanan
responde que no lo sabe con detalle, pero señala que, en cualquier caso,
la energía del sol le está saliendo completamente gratis. Las otras
preguntas le han hecho considerar la posibilidad de crear un nuevo
negocio basado en su dispositivo.
“Cualquier que tenga la
capacidad de hacerlo por sí mismo no me necesitará, y cualquiera que
realmente lo necesite para su casa, porque no pueda pagar la
calefacción, tendrá mi ayuda. Pero hay mucha gente que no podrá
construirlo por sí misma, que no sepa hacerlo o que no tenga un área de
trabajo adecuada. Esperamos poder cubrir ese nicho”.
Un modelo adaptable a cada lugar
De
momento, y mientras explora las posibilidades, Buchanan ya ha
construido un segundo prototipo completo, de mayor tamaño, para
calentar un gimnasio cercano a su casa.
Martens asegura que el
diseño ideado por su padre sería perfectamente aplicable como sistema de
calefacción en cualquier ciudad que cuente con muchos días de luz
solar, como por ejemplo Madrid. "En estos momentos, mi padre está
diseñando unos hornos más pequeños, que serán mejores para pisos y
apartamentos", cuenta. En principio, se pueden acoplar a cualquier
ventana, debe estar mirando hacia el sur y estar inclinado en un ángulo
de 22 grados para recoger los rayos de sol invernales.
"Las horas
de luz solar directa producen mucho más calor. Sin embargo, hemos notado
que el aparato produce calor incluso por la mañana temprano con mucho
éxito, alcanzando los 20 o 30 grados".