lunes, 24 de marzo de 2014


UN ESTUDIO DESVELA LA TÉCNICA DE 
LOS ORFEBRES DE TARTESSOS




Joya tartésica


En los últimos años ha habido avances importantes en los estudio de Patrimonio Cultural gracias a la aplicación de métodos físico-químicos no destructivos. El grupo de Arqueometría formado por investigadores del Centro Nacional de Aceleradores (Universidad de Sevilla-Junta de Andalucía-CSIC) y de distintos departamentos de la Universidad de Sevilla en colaboración con empresas privadas ha abordado el estudio de los procesos de producción de objetos metálicos que muestran las capacidades tecnológicas de los orfebres que crearon estas joyas.

Los elementos de oro que decoran las joyas pueden albergar información sobre los materiales empleados, los tratamientos de calor usados y los procesos de soldadura, siendo el estudio de las soldaduras uno de los que aporta mayor información para caracterizar las joyas de oro.
Dado el incalculable valor de estas obras, es imprescindible el uso de técnicas no destructivas siendo en este punto donde entran en juego las técnicas de análisis del CNA, empleándose para ello la técnica micro-XRF, es decir micro Fluorescencia de Rayos X. Esta técnica consiste en el análisis de los rayos X que emite la muestra estudiada cuando es irradiada con rayos X o gamma.

Concentración de metales

A través de las variaciones en la concentración de oro, plata y cobre en la zona de unión entre diferentes elementos de la joya es posible diferenciar el método de soldadura empleado, procedimiento que ha sido llevado a cabo en trabajos anteriores por este mismo grupo en piezas de orfebrería. Pero en piezas pertenecientes a la joyería tartésica muy ricas en oro, por encima del 90%, no parece mostrar el mismo comportamiento, motivo por el cual se realiza un estudio sistemático de los procesos de fabricación mediante la arqueología experimental.

Para este trabajo se han fabricado muestras de distintas aleaciones con diferentes concentraciones de oro, plata y cobre utilizando diferentes procesos de soldaduras empleados en la antigüedad. De esta manera se han caracterizado los tres métodos de soldadura (sales de cobre, utilización de aleación y soldadura autógena) mediante las variaciones que sufren las concentraciones de oro, plata y cobre.

Asimismo, aparte de las réplicas fabricadas, se han analizado dos brazaletes de oro del Tesoro del Carambolo (siglo VII-V a.C.). Los brazaletes se encuentran formados por una lámina gruesa de oro de forma cilíndrica, tal y como se observa en la imagen, y sobre ella la decoran 5 filas de hemiesferas y 4 filas de rosetas; entre ambas se sitúa una fila de pequeñas púas e hilos dobles trenzados.

Tipos de soldaduras

Analizando todos los elementos decorativos y láminas se han identificado soldaduras de tipo autógena y de aleación, no habiéndose encontrado evidencias de soldadura por sales de cobre, característica de la tecnología etrusca.
Gracias al empleo de fibras policapilares, en los equipos que se utilizan en el CNA, el área de análisis puede reducirse a dimensiones de algunas decenas de micras. Ellopermite restringir la zona irradiada justamente a sólo las zonas de soldadura, lo que garantiza, por tanto, el análisis individualizado de las mismas.

El estudio de estas joyas tartésicas junto con las tres réplicas fabricadas ha permitido comprobar cómo distintos puntos de soldadura muestran distintas concentraciones de los elementos propios de la aleación empleada y por tanto se concluye que la variación de las concentraciones de los elementos característicos de las aleaciones implica que se han empleado distintos tipos de soldadura.


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FABRICAN UN MATERIAL DIEZ VECES MÁS TENAZ QUE LA CERÁMICA




Un equipo de investigadores franceses ha logrado fabricar una nuevo material diez veces más tenaz que la cerámica e inspirado en el nácar de los haliótidos, pequeños moluscos conocidos también con el nombre de «orejas de mar».

El hallazgo, que se publica en la revista científica «Nature» y del que ha informado el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), abre la posibilidad a que el nuevo material se aplique industrialmente en numerosas áreas, por ejemplo, para reducir el tamaño de las piezas cerámicas en los motores o en sistemas de blindaje.

Su característica más importante es la tenacidad, es decir, su capacidad para soportar una fisura sin romperse, pues resulta hasta diez veces más tenaz que la cerámica tradicional o artificial, combinada con aluminio.

Para generar este «nácar artificial» aún sin nombre propio, científicos del laboratorio de síntesis de cerámicas de Saint-Gobain y de dos laboratorios de la Universidad Claude Bernard de Lyon partieron de un polvo de cerámica corriente, con aluminio.

Ese polvo se colocó en suspensión en el agua para obtener la estructura laminada del nácar. Se congeló para generar un «crecimiento controlado de los cristales de hielo», que hizo que el aluminio se autoensamblase en placas, y fue sometido después a un proceso de densificación a altas temperaturas, explicó el CNRS.

Este «nácar artificial» podría resultar de gran utilidad si se industrializa, pues es capaz de soportar temperaturas de hasta 600 grados centígrados, mientras que los polímeros solo aguantan 300 °C.

Además, la industrialización de ese proceso no debería presentar dificultades ni grandes costes, añadió el CNRS.

El nuevo material resulta muy tenaz, pero a la vez es poco flexible, por lo que sus creadores piensan que es idóneo para piezas con formas sencillas. De ahí que se vislumbre su aplicación en motores.

«Las prótesis de cerámica en medicina, por ejemplo, tiene formas muy particulares y este material es muy rígido y por ahora es más fácil producir piezas como láminas o discos», explicó a Efe Sylvain Deville, investigador del CNRS.