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LA RUEDA INTELIGENTE QUE CONVIERTE CUALQUIER BICICLETA EN ELÉCTRICA.
Almacena la energía del pedaleo
No
es fácil a estas alturas reinventar la rueda, algo que llevamos cientos
de años utilizando. Pero puede que a pesar de sus años, aún haya
espacio para mejoras en este objeto cotidiano al que ya estamos tan
acostumbrados que no miramos dos veces.
Eso es lo que piensa por lo menos la gente de Superpedestrian, una startup con
sede en Boston que esta semana anunció su intención de fabricar y
comercializar una rueda especial que convierte cualquier bicicleta
tradicional en una eléctrica, lista para dar un empujoncito al ciclista
que lo necesite.
El producto en cuestión se llama la Rueda de Copenhague (Copenhaguen Wheel),
y fue diseñada en 2009 por ingenieros del MIT con el apoyo económico
del ayuntamiento de la capital danesa (de ahí su nombre). Ganó varios
concursos de diseño y apareció en la prensa, despertando mucho interés
entre los usuarios habituales de este medio de transporte. ¿Dónde podía
adquirirse una? Hasta ahora, sin embargo, no era posible.
Si
piensas en las ciudades modernas, te das cuenta de que se han
desarrollado a escala del automóvil, mientras que la gente se ve
obligada a desplazarse grandes distancias.Eso cambiará a
principios de el año que viene y estas ruedas pueden empezar a hacerse
habituales en el paisaje urbano. "Si piensas en las ciudades modernas,
te das cuenta de que se han desarrollado a escala del automóvil,
mientras que la gente se ve obligada a desplazarse grandes distancias",
explica Assaf Biderman, miembro del laboratorio de MIT que desarrolló el
invento y fundador de Superpedestrian. "La mayoría de las ciudades se
construyen alrededor de topografías que requieren un transporte
motorizado y que pueden hacer que caminar o ir en bici sea muy difícil".
Sustituye la rueda trasera de cualquier bicicleta
La
solución propuesta es, por lo tanto, lógica: introducir un motor en
esas bicis que ya existen. La Rueda de Copenhague está pensada para
sustituir la rueda trasera de cualquier bici. En su interior se
encuentra un pequeño motor que funciona con una batería eléctrica así
como una serie de sensores.
Al pedalear, los sensores, junto con una app para smartphone,
miden la cantidad de esfuerzo que el ciclista da en cada pedalada para
proporcionar un pequeño empujón cuando es necesario. Pedalear en llano o
cuesta abajo, por lo tanto, no será distinto que hacerlo en una
bicicleta tradicional. El invento, sin embargo, no quiere privar a nadie
del nivel de esfuerzo al que voluntariamente quiera someterse: la app permite al ciclista ajustar el impulso que le da el motor, por si lo que queremos es darnos una paliza a los pedales.
Las
novedades respecto a otros motores de bicis eléctricas son dos. Por un
lado, con esta rueda inteligente no es necesario encenderlo ni activar
ninguna función para que se ponga en marcha, sino que son esos sensores
los que detectan cuándo debe ayudar.
Por
otro, la Rueda de Copenhague no necesita cargarse conectada a la
corriente eléctrica, ya que su batería de litio almacena la energía
cuando vamos cuesta abajo o al frenar. El propio motor funciona también
como un generador, almacenando energía si el ciclista pedalea hacia
atrás.
Pero quizá una de las grandes ventajas de la Rueda de
Copenhague sea su diseño. Sin cables, sin armatostes, el prototipo visto
hasta ahora es una rueda blanca con un disco interior rojo. Aunque es
de esperar que esto (sobre todo los colores) puedan variar, lo cierto es
que es un objeto bonito que por lo menos no afeará la estética de la
mayoría de las bicis urbanas. Esto, unido a que podría ser un empujón en
la conquista urbana por parte de las bicicletas, convierte a esta rueda
en un invento redondo.
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