Nicholas
Negroponte: “El 5G no será rompedor. Es la fusión nuclear lo que cambiará el
mundo”
El fundador del Media Lab del MIT vaticina un salto
para la humanidad gracias a la bioingeniería, la producción de alimentos
artificiales y la irrupción de una energía limpia
Nicholas Negroponte,
durante la entrevista este miércoles en Madrid.
Subdirector de EL PAÍS
Madrid 20 JUN
2019
Tiene
motivos para presumir de dones proféticos, porque estuvo en primera fila del
despertar digital y vio con claridad lo que vendría después. En los años
ochenta y noventa, cuando la mayoría de la población desconocía o empezaba a
acercarse a Internet, Nicholas Negroponte (Nueva York, 1943), ingeniero
informático y arquitecto, fundador, director y ahora presidente del Media Lab del Massachusetts
Institute of Technology (MIT), vaticinó que íbamos a tener ordenadores en los
bolsillos, pantallas táctiles, televisión a la carta como la de Netflix,
altavoces inteligentes y hogares conectados. Y entendió que vendrían profundos
cambios sociales. Sus artículos en la última página de Wired o su libro El mundo digital (1995) eran seguidos como un
oráculo.
El
tiempo le ha dado la razón en casi todo. Negroponte conversa en Madrid, donde
participa este jueves en la jornada Cruce de Caminos, organizada por Banco Caminos y
Bancofar. Sigue confiado en sus visiones del futuro, que hoy suenan muy
atrevidas. Claro que también era atrevido lo que decía hace 30 años.
Pregunta. ¿Cuál
es el próximo hito para la humanidad?
Respuesta. El
mundo digital se ha integrado en nuestras vidas. Lo que vendrá ahora ya no
serán extrapolaciones de la informática, como las que hemos visto.
Pregunta. ¿Es
la bioingeniería la próxima revolución?
Respuesta. Esa
será una de las grandes cosas que vengan, sí. Tendremos humanos genéticamente
modificados y corregiremos los errores de la naturaleza. Será un futuro muy
distinto.
P. ¿De
verdad podremos vivir 150 o 200 años? ¿Lo haremos nosotros o nuestros
descendientes?
R. Eso
ocurrirá con seguridad en la próxima generación. Es un poco tarde para
nosotros, porque revertir el envejecimiento es más difícil. Pero no hay duda de
que sus hijos y mis nietos vivirán hasta los 150 años. Y haremos que los
discapacitados puedan andar, luego podremos eliminar las enfermedades raras...
P. Y
se alimentará al mundo con comida artificial.
R. Crear
carne que no proceda de las vacas es un proyecto maravilloso. Podremos replicar
las células de las vacas sin hacer daño a animales, sin el CO2 que
emiten, ahorrando agua, cuidando el medio ambiente, y logrando que la gente
tenga carne.
P. ¿Nos
salvará la tecnología también del cambio climático?
R. La
tecnología es la única solución al cambio climático. No hay otra. Tenemos que
encontrar la forma de producir energía, no necesariamente de fuentes
renovables, como el viento o el sol, sino haciendo que la fusión nuclear funcione.
En 50 años tendremos una economía distinta y un mundo mejor gracias a ella.
P. Usted
pronostica avances enormes para la humanidad. ¿No teme que las miserias
humanas, o los intereses políticos y económicos, impidan que lleguen a
beneficiar a la mayoría?
R. Los
intereses corporativos suelen frenar algunos avances, pero no por mucho tiempo.
Es bien conocido que quienes tienen intereses en el petróleo pueden forzar un
retraso en las tecnologías alternativas. Por eso es tan difícil hacer
pronósticos sobre cuándo llegarán algunas cosas, porque a menudo los retrasos
vienen de fuerzas externas que no tienen que ver con la tecnología.
P. El
5G, el sistema que dominará las comunicaciones móviles, está siendo el centro
de esta Segunda Guerra Fría, un campo de batalla entre EE UU y
China por esa tecnología. ¿Quién ganará?
R. Hace
15 años que EE UU se ha rendido en las tecnologías de la telecomunicación. Los
principales actores ya no son empresas americanas. El repentino interés por el
5G, y en particular por Huawei, me parece increíble. Porque el 5G no es tan importante como están vendiendo. Es solo un
cambio incremental sobre el 4G. El hito fue el 3G. Esto no es la fusión
nuclear. Si alguien domina la fusión nuclear, cambiará las reglas del juego. El 5G no va a ser rompedor. Y si miramos
lo que hace China en áreas como el 5G, está muy por delante de EE UU.
P. Usted
representa el optimismo ante los cambios tecnológicos. Pero todo indica que la
opinión pública ha ido pasando del entusiasmo al pesimismo.
R. Sigo
siendo optimista, pero eso es verdad. Hay un creciente sentimiento en todo el
mundo de escepticismo, de que la tecnología ha creado muchos de los problemas
que tenemos que arreglar. Si lo miras objetivamente y con perspectiva, la
tecnología ha traído muchas soluciones, como en la medicina, y los problemas
son sobre todo por cómo usamos la tecnología.
P. Los
gigantes de Internet son vistos ahora como un gran oligopolio que hace negocio
sin control con nuestros datos. Una especie de Gran Hermano.
R. Pondré
otro ejemplo. Cuando las revelaciones de Snowden, muchos americanos como yo
nos sorprendimos de que el Gobierno nos estaba vigilando. Si vas a China, y acabo
de estar allí, ves cientos de cámaras en la calle haciendo reconocimiento facial y creando una casi perfecta
seguridad. Y la gente está satisfecha. Dicen: de acuerdo, quizás se viole lo
que vosotros los occidentales consideráis intimidad, pero no tenemos
delincuencia. Son cosas que se ven distintas desde cada cultura.
P. ¿Juega
China con ventaja en la carrera tecnológica por la falta de garantías para la
intimidad? Allí se puede crear una gigantesca base de datos genéticos que en
Occidente no sería viable.
R. Europa
es quizás el líder mundial en protección de la intimidad. Por otro lado, hay
mucha gente que muere en Alemania porque es ilegal compartir datos que
permitirían salvarlos. Es un difícil equilibrio. Si me atropella un coche, no
quiero que mis datos médicos estén protegidos, quiero que cuando llegue la
ambulancia lo sepan todo.
P. ¿Cree
que los gigantes de Silicon Valley deben ser divididos como otros monopolios en el
pasado, lo que ha propuesto la senadora Elizabeth Warren?
R. No
estoy seguro de que dividir a estas compañías garantice asuntos como la
privacidad. A nadie le gusta que una empresa crezca tanto y sea dominante, pero
lo que tenemos que mirar es qué sacamos de ellos, quién está contribuyendo más
al conocimiento y la ciencia. Es sorprendente qué poco aportan muchas de esas
grandes compañías. La gente joven quiere ser Mark Zuckerberg, no quieren
ser Alan Turing. Es decepcionante. Necesitamos gente que invente y sea imaginativa como Turing.
P. ¿Están
afectando las redes sociales a la calidad de la democracia? Allí se expanden
ideas extremistas, mensajes de odio…
R. No
uso mucho las redes sociales. Soy más un observador. Está claro que están
teniendo un impacto. En unas partes, están creando democracia, en otras partes
la están debilitando. El balance es probablemente a favor de la democracia.
P. Diversos estudios alertan de la destrucción de millones de empleos por la
robotización, incluso en las actividades más intelectuales. Esto está generando
ansiedad en la población y abriendo debates como el de la renta universal.
¿Cuál es el futuro del empleo?
R. Es
más fácil automatizar la mayoría de actividades intelectuales que la mayoría de
empleos en servicios, como preparar comida rápida. Es más fácil tener un robot
abogado, o contable. El desplazamiento del empleo no dependerá de las
capacidades intelectuales. En algún momento tendremos que repensar el concepto
del trabajo. Una parte del concepto tiene que ver con tener un sentido, un
propósito. La gente siempre tendrá un propósito, pero puede no ser llevar un
salario a casa, que es lo que define el empleo hoy.
P. ¿Vamos
a tener algún día una verdadera inteligencia artificial, que tenga conciencia?
R. Esa
es la pregunta, la conciencia, y la mayoría de la gente no se la hace. No estoy
seguro de que lo vaya a ver en mi vida. Pero antes de eso veremos máquinas que
tendrán sentido del humor, y será asombroso. Otra pregunta que no parece
interesante es: ¿por qué los hombres apreciamos la música?
P. ¿Hay
que reivindicar las humanidades, o la filosofía, en una sociedad
hipertecnológica?
R. Las
humanidades son la cosa más importante que puedes estudiar.