En homenaje a todo mi alumnado que procede de los centros de menores "Los Carmenes", "Valle del Almanzora" y " La Casa", sobre todo en estos tiempos que están en el centro del debate político.
Ansu Fati, el rey de los Menas
DIEGO BARCALA. as.com6
Los líderes de VOX se pasean estos días electorales por los centros
de menores extranjeros no acompañados hablando de violaciones y robos. Piden la
expulsión de estos jóvenes, muros infranqueables y la vuelta de la inquisición
para obligarles a ir a misa. Así se acabarán los males de España, según prometen a sus potenciales votantes. Echo de
menos a Santiago Abascal haciendo un escrache a Bori Fati, el padre del adolescente extremo del Barça que con 16 años y 11 meses es el jugador más
joven en jugar con la Selección Sub-21. Ya estoy viendo a Rocío Monasterio tras una pancarta en La Masía declarando: "Ansu Fati, vete a tu
país, deja de contribuir a la degradación de España con este efecto llamada que
va a llenar la Selección de extremitos".
Bori Fati, el padre del joven guineano
del Barça, llegó a Portugal en 1998. En 2001 viajó a
España para trabajar en las obras del AVE. Sus manos contribuyeron a construir
la alta velocidad española pero se quedó sin trabajo pasando a ser un sin
papeles buscavidas más de los que tanto inquietan a los xenófobos. Por suerte
se encontró con la izquierda solidaria, la idealista que la derecha tilda de
buenista. Fue Juan Manuel Sánchez Gordillo, el
alcalde de Marinaleda de la barba y la bufanda palestina, el que
le acogió, le empleó como conductor municipal y le pagó los billetes para que
agrupara a su familia, en la que crecía su talentoso hijo. "Sé de dónde
venimos. Sé de dónde venimos", repetía 16 años después el emocionado padre
con el debut de su hijo en el Camp Nou.
España no se merece la
tolerancia de esta xenofobia de máxima audiencia que promueve VOX. Ni tampoco
las nacionalizaciones oportunistas de los inmigrantes con talento deportivo.
Pero el ejemplo de Ansu Fati o Iñaki Williams —su
madre saltó embarazada la valla de Melilla— nos demuestra
el potencial talento humano que el nacionalismo de pulserita desprecia. Mena es
el acrónimo de menor extranjero no acompañado y también es como se denomina a
los minerales aprovechables de un yacimiento.
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