martes, 30 de abril de 2013

Necesito el título de la ESO

Jóvenes, mayores, extranjeros con una meta común: una titulación que mejore su vida personal y profesional ahora y mañana

30.04.13. Ideal.es

Motivaciones, muchas, son las que consiguen que una persona retome los estudios tras años sin 'coger un libro', que se dice coloquialmente, aunque sí es cierto que de un tiempo a esta parte, la tan traída y llevada crisis, ha hecho que mucha gente vuelva a las aulas, a estudiar, o bien, a examinarse para conseguir un título, que se antoja cada vez más necesario de cara a un presente y un futuro incierto.
Eso se ve, por ejemplo, en las recientemente celebradas pruebas libres para obtener el título de la ESO. El Instituto de Educación Secundaria El Palmeral de Vera fue una de las sedes de estos exámenes, gratuitos y abiertos a todo el mundo.
«El líneas generales hay tres tipos de personas: los extranjeros, los jovencitos que dejaron cuarto de ESO a medias y cuando pasan de los veinte años deciden retomar sus estudios porque se han quedado en paro, y las personas mayores de treinta, casados y con hijos, que necesitan el título para encontrar un nuevo trabajo o para ayudar en los estudios a sus hijos que ya hacen ESO o 'por gusto'. En ocasiones, muy pocas, están desesperados y suplican los aprobados para que los contraten en lugares como geriátricos, hoteles, o para poder presentarse a alguna modesta oposición», así nos hacía el resumen una de las personas que nos hablaba sobre este tipo de convocatorias, Águeda Gómez.
En el IES El Palmeral hace tres años que se colabora con tribunal del centro, «puede ser el quinto año en que se hacen estas pruebas basadas en el curriculum nuevo de la secundaria», comenta el Jefe de estudios del Nocturno del centro educativo, Javier López, «cada vez más gente se presenta a las mismas, son decenas de miles de personas, por ejemplo, en Andalucía», confirma el docente.
Sobre el perfil de esas personas, nuevos estudiantes que buscan una titulación que satisfaga la necesidad que les lleva a volver a ponerse nerviosos, a volver a examinarse, «hay de todo, hay mucha gente mayor, que está trabajando y que hasta ahora no le exigían un título y ahora sí; gente que ha hecho cursos de capacitación profesional pero no se le reconoce hasta que no obtenga este título de Secundaria, chicos jóvenes que dejaron sus estudios porque era fácil encontrar un trabajo en el que se ganaba bastante bien, e incluso, jóvenes que acaban de cumplir 18 años están en 4º de la ESO y no se ven con perspectivas de aprobar y lo intentan por aquí», cuenta López.
La forma en la que cada uno afronta estas pruebas es muy diferente, aunque tienen algo en común y son los nervios, en la mayoría de los casos, «aunque todo va en función de la necesidad que tengan, algunos más nerviosos porque realmente se les hace totalmente necesario obtener el título porque se quedan sin trabajo si no lo consiguen o porque no pueden promocionar en su empresa», matiza el Jefe de Estudios del Nocturno del IES El Palmeral.
Una imperiosa y acuciante necesidad que, en alguna ocasión, «aunque son las menos», hacen que algunos rueguen por el aprobado porque están muy desesperados, «pero esto no es habitual, todo el mundo respeta el procedimiento y lo respeta».
Según cuenta otra de las personas que está implicada con estas pruebas «hay algunas ocasiones, puntuales, en las que suplican los aprobados para que los contraten en lugares como geriátricos, hoteles, o para poder presentarse a alguna modesta oposición».
Muchas opciones y tesón
Lo que no les falta a esas personas que se examinan son ganas, las que les da el haberse fijado un objetivo y estar decididas a cumplirlo. Tienen opciones ilimitadas y tesón para aprobar y obtener el título de Secundaria.
«Además, no todos tienen que examinarse de las tres partes que tiene el examen, que se divide en una prueba de ámbito científico-técnico, otra de comunicación (castellano e idiomas) y otra social, básicamente geografía e historia», comenta Javier López, «ya que algunos ya tienen una parte aprobada de otras veces, por ejemplo». Lo que sí se nota es un elevado número de inscritos en las pruebas, que luego se reduce de manera significativa en la realización de las mismas. «En esta convocatoria de abril en el IES El Palmeral se inscribieron algo así como 280 personas. De ellas, tan sólo 165 aproximadamente hicieron el examen. Los que no van es, o bien, porque no se encuentran preparados para hacer o porque por motivos laborales o personales no pueden ir el día fijado para ello. Pero, no pasa nada, porque hay dos convocatorias al año, en abril y en junio, y una persona se puede presentar todas las veces que quiera, no hay límites», asegura López, quién añade que tampoco hay límite en el tesón que ponen los que quieren conseguir el título. «Se presentan una y otra vez hasta que al final lo consiguen, no tiran la toalla nunca y si ven que se les resiste el aprobado buscan otra estrategia, por ejemplo, apuntarse al instituto e intentar prepararse desde ahí y seguir presentándose. No se desaniman, sobre todo, yo creo, porque tienen un objetivo muy claro».
Más crisis, más estudios
El Jefe de Estudios del Nocturno del instituto veratense nos cuenta una de las cosas que más le llaman la atención de los que se presentan a esta pruebas libres de ESO y es que «se presentan muchos inmigrantes, personas que vienen sin titulación o que no han conseguido convalidar aquí la que traían de sus países y quieren obtener la titulación».
Y como explicaba anteriormente López, «en cada una de las convocatorias vienen aprobando alrededor de un 20 o 50% de los examinados, es decir, de los 165 presentados habrán conseguido el título poco más de 40, muchas veces porque no están preparados, otras porque pensaban que la prueba era más fácil de lo que, en realidad es, pueden haber aprobado una parte de las tres, o dos, pero no el examen completo, aunque a ellos les resultará más sencillo para la próxima porque podrán presentarse sólo a lo que no hayan aprobado en veces anteriores».
Finalmente, se confirma un dato que resulta también bastante lógico, a más crisis, más estudios, al menos en lo que a educación de adultos se refiere. «La crisis hace que la gente se plantee su futuro personal y profesional y se den cuenta de que la titulación básica es, eso, básica. Cada vez hay más personas que se matriculan en estudios, cursos, y que hacen este tipo de pruebas», por mejorar su capacidad, por ampliar sus posibilidades laborales, por ascender o mantener un puesto de trabajo, o, en algunos casos, simplemente, por poder estudiar aquello que no pudieron antes y que ahora con más tiempo pueden hacerlo.
Jóvenes con trabajo que necesitan el título de ESO para renovar el contrato, personas de más de 40 años que quieren hacer lo que no pudieron años atrás, extranjeros, y una buena cantidad de perfiles se reflejan en las aulas que acogían las pruebas en Vera. Las motivaciones de cada uno variadas, pero siempre enfocadas en la mejora personal o profesional, con vistas a un presente y futuro más halagüeño, para satisfacer la inquietud intelectual y, como no, para conseguir una meta «cueste lo que cueste» y con la energía de quién sabe lo que quiere.

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